miércoles, 24 de junio de 2009

LOS PADRES ABANDONADOS

Bertha Cerda de Pacheco

El abandono, el desamparo, el olvido de los hijos y la indiferencia con que mira la sociedad el triste y doloroso peregrinar de tantos padres adultos que deambulan por las calles en busca de un mendrugo de pan para llevar a su boca.

Seres desvalidos y harapientos que cuando jóvenes lucharon con valor y responsabilidad, para salir adelante con su familia, a la que le prodigaba todo su amor, su cariño y trabajo incesante para que no les faltara lo necesario para su diario vivir.

Hoy, en el ocaso de su vida, la despreocupación de sus familiares, el desamor de sus hijos que desconocen el don supremo del amor a sus padres, que les dieron la vida y forjaron su futuro; hacen que aquellos seres humanos lleguen hasta la mendicidad.

Es algo denigrante y de mucha preocupación; por tal razón el Estado debería tomar en cuenta y tratar de solucionar este grave problema social.

La obligación moral de los hijos que en su tiempo recibieron todo el amor, el cuidado, la responsabilidad de sus progenitores, es ahora cuando, deben preocuparse por ellos, en el atardecer de sus días, en la etapa difícil de la vida, en su vejez. Debemos ser pacientes, servirles con amor; y esto, en contribución con sus desvelos y sacrificios; un pago justo al don de la vida que ellos nos dieron.

Ensanchemos nuestro corazón con el bálsamo de la gratitudy el reconocimiento a los seres que más nos necesitan.

Dedico con cariño estos versos brotados de lo más íntimo de mi corazón a los padres adultos mayores vivientes del olvido e ingratitud.


LA VEJEZ

Se asemeja a algo
de sabor amargo
cansado, fatigado
sin sentirse amado.

Su cuerpo inclinado
camina despacio
con bordón en mano
va casi enclavado.

Que triste y que vana
su existencia humana
su recuerdo aflora
en cada mañana.

Encorvado y triste
pensando en sus años
apenas sus pasos
se sienten callados.

Es algo inhumano
sentir tu abandono
Jesucristo amado
vela por tu hermano.