sábado, 21 de agosto de 2010

ANIVERSARIO DE BODAS

La compañera BERTHA CERDA PÁEZ cumplió cincuenta años de haber contraído matrimonio con el señor Rodrigo Pacheco Parreño, esta fue la razón por la que organizaron un acto conmemorativo dentro del seno familiar y de sus amistades.

"Desde que se instauró la tradición de entregar a los esposos un regalo en cada uno de sus aniversarios de boda. Cada año, los obsequios estaban confeccionados con diferente materiales progresando de los más frágiles a los más sólidos conforme iban pasando los años.

Los nombres dados a dichos aniversarios proveen una guía para regalos apropiados o tradicionales que se dan los esposos uno al otro, o si existe una fiesta estos regalos pueden ser dados por los invitados.

La tradición se originó en Alemania medieval en la que si una pareja de casados lograban celebrar el vigésimo quinto aniversario de su boda, la esposa era presentada por sus amigos y vecinos con una corona de plata; en la celebración del cincuentenario, la mujer recibía entonces una corona de oro. Estos aniversarios fueron desde entonces conocidos como las bodas de plata y el día de bodas de oro respectivamente."

"BODAS DE ORO MATRIMONIALES"

Por: Bertha Cerda Páez

Mi esposo Rodrigo Pacheco Parreño y yo Bertha Cerda Páez, nos sentimos muy emocionados al revivir estos momentos de mucha recordación, como es, nuestro matrimonio.

Estamos siendo transportados al inicio de recién casados; sentimos la euforia inolvidable, en que llenos de amor, juramos ante Dios y ante los hombres, compartir nuestras vidas, nuestros trabajos, nuestros anhelos, dichas y tristezas. Dos jóvenes inexpertos que al pie del altar prometen quererse y respetarse hasta la muerte.

Muchos recuerdos flotan en mi memoria, de aquel día en que nos conocimos. Una luz tenue avanzaba por la ladera, con la fatiga a cuestas y sin regresar a ver, levantando al cielo la mirada, nos quedamos quietos, tranquilos con las dos manos enlazadas, anhelantes mirando la luna brillante que nos iluminaba; así comenzó nuestro amor.

Hoy caminando juntos "Cincuenta Años". La tranquilidad, el sosiego, la paz nos acompaña en la última jornada de la vida; deslizándonos al final de la partida; cabizbajos y con la mirada puesta en el horizonte cercano. ¡Gracias a Dios! por la vida que nos diste; por este amor y comprensión; por la resignación de nuestra estancia en este mundo lleno de inquietudes; ocaso infinito, poniente que te deslizas suavemente, llegando a la meta y con altivez, cubriéndote de gloria, esperando el grito resonante ¡Hasta aquí no más! ¡Todo está cumplido!

Primero agradezco a ¡Dios, nuestro Señor! por habernos concedido la vida; para poder saborear este momento de gozo, de ilusión y de esperanza y pedirle que nos siga bendiciendo; manteniéndonos como hasta hoy unidos; queriéndonos, ayudándonos a caminar juntos, tranquilos en este duro sendero.

Luego, presento mi agradecimiento a mis cinco adorados hijos: Pacheco Cerda Frank, Anabel, Jimena, Fernando y Nathaly. Por haber hecho posible esta celebración de nuestras Bodas de Oro matrimoniales; ¡Un acto inolvidable! Vuestra presencia invade nuestros corazones de cariño y gratitud; Hijos ustedes son la esencia de nuestra unión.

Gracias, también, por la presencia y halago que nos proporcionan nuestros familiares Pacheco Parreño, Cerda Páez, como también los demás invitados, llevaremos siempre nuestro agradecimiento impregnado en nuestro corazón.

Para complementar esta mi intervención hago ostensible mi reconocimiento a Dios y a mis hijos con los siguientes versos.

"GRACIAS A MI DIOS"
*
¡Gracias mi Dios! por los hijos que me diste
llenos de amor, de afecto y de cariño
gracias mi Dios por el camino recto
para que ellos caminen por él, sin desviarlos.
**
Dios les pague a mis hijos por este día
lleno de paz, de amor y de alegría
su recuerdo lo llevaremos siempre
hasta que llegue el final de nuestra vida.
***
¡Gracias mi Dios! por tener unos hijos admirables
ellos son nuestra riqueza y nuestros bienes
ellos son nuestros triunfos y nuestros gozos
no tenemos riquezas envidiables
pero si, tenemos unos hijos adorables.
****
¡Gracias mi Dios! por todo cuanto admiro
por todo lo que añoro, por todo lo vivido
estamos al final de la jornada
con la frente en alto y con el cuerpo erguido
no nos falta nada ¡Todo está cumplido!