"Lo que vale es lo de adentro;
pues, lo de afuera es prestado"
De pronto he envejecido
con fuerza de retoño.
He ido recogiendo de aquí y de allá
recuerdos y vivencias,
como si se tomara
de algún trébol la suerte,
el intenso perfume
de amarillas retamas
o el dolor agresivo
de algún espino hiriente.
De pronto he envejecido
con fuerza de retoño,
para expresar mi grito
desde adentro hacia afuera.
Para gritar que el hombre
está matando al hombre.
Que el niño ya no es niño,
que dejó de reír...
que es un despojo triste
envuelto en frío y hambre.
De pronto he envejecido
con fuerza de retoño,
para gritar que duele
la herida de cantera
en la montaña;
el gemido del árbol
que ha caído abatido;
la agonía del río
que ha perdido el susurro
y el cristal de su vida.
De prono he envejecido
con fuerza de retoño.
Participando penas,
solidario de angustias.
De frente en esta lucha que
busca el horizonte
perdido en el brumoso
atardecer del hombre,
que ha perdido la ruta
de lo bueno y lo noble...
Hernán Iturralde Egas (latacungueño)
