viernes, 15 de octubre de 2010

OBITUARIO


El 13 de este mes dejó de existir la Compañera Piedad Caicedo, su deceso fue muy sentido por sus compañeros de la Asociación de Profesores Jubilados de Cotopaxi, las honras fúnebres se celebraron en la Funeraria Cristal de esta ciudad y la Misa que la celebró el Rvdo. Holger Hidalgo en la hermosa iglesia de El Salto con un lleno completo de familiares, compañeros y amigos.
El Coro interpretó tres canciones en la iglesia en honor de nuestra c. Piedad, que fue integrante desde la iniciación, LLORANDO POR TI, CÓMO NO CREER EN DIOS, VASIJA DE BARRO.
Luego, sus despojos mortales fueron trasladados con un imponente acompañamiento hasta el Cementerio General de Latacunga.

En la Homilía el P. Hidalgo habló sobre la enorme labor que desempeñan las madres en los hogares, sobre todo cuando como Doña Piedad Caicedo tuvo 10 hijos y les dio una vida ejemplar en todo sentido.

Por pedido del c. Presidente de la Asociación, Sr. Mario García, y a petición de la hija de la decesada Doña María Campaña el Lic. Sócrates E. Hernández H., realizó el EPICEDIO, que a continuación lo transcribimos:


EPICEDIO EN LA MUERTE DE PIEDAD CAICEDO MOREANO

Latacunga, 14 de octubre de 2010

Querida compañera y amiga Doña Piedad Caicedo Moreano: estamos frente al dolor de la raíz, que dio su savia, polvo del surco que se hundió en el viento; silencio de las aguas, en su adiós eterno que retorna a la altura del alfa y el omega. Eclipse de la luz que nos deja en sombras, en esa soledad que crece siempre, esa es la despedida de las madres, de las amigas con fidelidad hasta el cenit.

Frío paramero nos invade al recordarte siempre con tu jovial amistad de porte invariable, de colaboración incansable; dama nacida en estos Lares benditos donde el verdor de sus campos es más esperanza, donde la luz del sol es más luz por estar en el centro del mundo; así llena de luz y de esperanza lograste formar tantos ciudadanos con amor a la patria y a la vida en tus luengos años de servicio consagrado en las aulas, esas voces hacen alarde de agradecimiento desde todos los hogares.

Estamos aquí tus compañeros de la Asociación de Profesores jubilados de Cotopaxi para darte el postrer adiós a través de mi palabra. Tú Piedadcita, como cariñosamente te llamábamos, queremos recordarte siempre por tu porte gentil, tu gran colaboración, ya que eras la primera en llegar y la última en salir, poniendo todas tus facultades al servicio de tus compañeros, recibiendo de ti continuamente muestras de cariño; qué contenta te sentías cuando entregaste el banderín del Coro y lo hacías flamear con alegría, en muchas ocasiones fuiste la alondra en las canciones, que con empeño y especial satisfacción nos deleitabas.

Tuviste el don de los artistas al plasmar en la pintura tus ideas y decirnos en las visitas que te hacíamos esto lo hice en un momento de inspiración y departías con tus hijos el sano orgullo de ejercitar las artes bellas, en la danza y en la lencería, con tus vistosos y polícromos vestidos te sentías imbuida del arte de la danza y la alegría contagiabas a los circunstantes que te aplaudíamos por tu buen actuar.

Querida amiga y compañera: la tierra al recibir el polvo al polvo vuelto, suspiró con el vaho que da la sepultura, y voló la tristeza, la del cabello suelto encendiendo las lámparas del dolor en la altura.

Somos y seremos tus amigos, cumplimos con una misión de supervivencia, al evitar de algún modo que tu tumba desaparezca por completo, bajo la hojarasca de yedras del olvido, aquí estamos tus amigos para recordarte y en nuestras plegarias cotidianas y especialmente los días jueves en la tarde entonaremos hermosas canciones ecuatorianas en tu recuerdo.

Piedad, la Pidadcita que acaba de acabar el camino, la amablemente, la dulcemente amiga, como una alondra se deshizo en su trino, se disolvió en su luz así como una estrella, el alma se escapó, vuelo de mariposas con sus polvorientas alas cargadas de polvo de Huerto del Señor.

Vida hálito insondable cuando se extingue y se aleja por caminos ignotos, que seguramente nos enseñarán los senderos seguros de la vida eterna que conducirán a lejanas galaxias hasta encontrar el bienestar eterno.

Hasta pronto Amiga y compañera.



Las compañeras: Lilia Bustos, Laura Punina y Esmeralda Pichucho, en el salón de la Ciudad, presentando Los Danzantes

Piedad Caicedo en un Acto social en Pujilí



Piedad Caicedo compartiendo la alegría del baile con el Dr. Maximiliano Rosero


La primera dama de la derecha, Piedad Caicedo, en el Consejo Provincial, actuando en el Coro de la Asociación de Profesores Jubilados





Piedad Caicedo alegremente bailando con el artista CARLOS TORO LEMA, primer instructor de nuestro Coro; autor de innumerables canciones, entre ellas está "Latacunga Romántica" .



Piedad Caicedo y Margoth Quevedo, en una danza que presentaron hace pocos días.