jueves, 6 de mayo de 2010

SESIÓN MENSUAL

El sábado 1 de mayo de este año se realizó la SESIÓN MENSUAL, por haber sido el primer sábado del mes que nuestra Asociación, según reza en los Estatutos, indica que debemos sesionar.

Con asistencia de mas de 60 socios se inició la sesión, por primera ocasión se tocó el Himno Nacional de la UNEJ-E que se recibió desde Quito.

Ingresaron nuevos Socios: Graciela Salguero, Alicia Viera, Jaime Salazar García, Miguel Yánez, Cumandá Pruna, Mercedes Parra.

El Juramento que prestaron los compañeros lo tomó el Lic. Sócrates E. Hernández H.; a nombre de los que ingresaron agradeció el Lic. Jaime Salazar García y luego el Lic. Miguel Yánez, en emocionados conceptos indicaron que colaborarán en todo para en engrandecimeinto de la clase magisterial jubilada; fueron felicitados por los asistentes.

Se nombró una comisión para que organice y planifique el Programa para celebrar EL DÍA DE LAS MADRES.

A continuación se sirvió el cafecito de la amistad y la solidaridad.

HOY ALMORCÉ CON DIOS
Mercedes Montenegro
(Señora ASOCIACIÓN DE PROFESORES JUBILADOS 2007)

Una niña decidió salir a caminar por la ciudad. Preparó una lonchera con unos ricos pastelillos y un sabroso jugo. Recorrió un largo trecho, llgó a un parque donde se encontraba un anciano sentado mirando a unos pajarillos que comían migajas de pan que él les había regalado. La niña se sentó en un lugar alejado del anciano y se puso a beber el jugo, porque estaba cansada. La niña se acercó al anciano y le ofreció un pastelillo, el hombre le sonrió y aceptó. Se sentaron los dos juntos y sin decir una palabra se sonreian mutuamente, luego le ofreció un poco de jugo y de nuevo sonrieron.

La niña se levantó para continuar su camino. Dio vuelta y regresó hacia el anciano, le dio un fuerte abrazo y el anciano sonrió como nunca lo había hecho.

La niña regresó a su casa muy feliz; a lo que su padre le preguntó¿Qué le pasaba que estaba tan alegre? La niña contestó ¡Hoy almorcé con Dios! y antes que el padre le hiciera alguna otra pregunta, dijo: "No sabía que Dios eran tan viejo".

Regresó, también, a su casa el anciano muy alegre y sonriente, a lo que su hijo le interrogó: "¿Papá que te pasa que regresas muy feliz?" Y el anciano contestó: "¡Hoy almorcé con Dios!" Y antes que el hijo lo volviera a interrogar, el padre dijo: "No sabía que Dios era tan joven".

REFLEXIÓN: Una sonrisa, un abrazo, un beso, valen más que muchas palabras y reflejan la felicidad de las personas. Descubrimos a Dios en la mirada sonriente de un anciano, en la alegría resplandeciente de un niño y en todas las personas que están anuestro alrededor.

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